“La noche”
La noche es mi aliada y es mi amiga. El paisaje en el que vivo y que me habita. El espacio que me acoge y que me inspira. El día sin embargo es más prosaico. Quehaceres, cuidado personal, trabajo, estudio, el encuentro con los otros. La noche es su necesaria contrapartida. El día es masculino, yang, la noche femenina, yin. Ambos se complementan en nuestras vidas si somos capaces de administrarlos bien. El día es acción y entrega. La noche recogimiento, reflexión y en mi caso creación. Me regalan hoy un bono con seis horas de noche y lo acepto con agrado y lo convierto en aventura. Me dejaré llevar por la corriente en la confianza cierta de que no hay noche que no vea el día. Pero hoy es hoy y cada hora es cada hora. El futuro no deja de ser especulación incierta y el pasado definitivamente ha dejado de existir salvo en nuestro pensamiento. Preocupación y culpa, dos de las mayores trampas psicológicas que nos enferman el alma. La una se proyecta hacia el futuro: el noventa por ciento de las cosas que nos preocupan nunca llegan a suceder o no lo hacen de la manera que esperábamos. La otra se proyecta hacia el pasado, pero ya no podemos cambiarlo, sólo extraer esencias de verdad para no repetirnos tercamente en los fracasos y sinsabores, afectivos, vitales, laborales, personales, en suma. Y entre ambos, el Presente, el gran olvidado. La apuesta es perversa en sí misma: ocúpate de preocuparte por lo venidero y de culpabilizarte por lo ya vivido. Olvida lo que la vida te brinda en este “aquí y ahora” y déjalo todo para el siguiente. Y en adelante lo mismo y así sucesivamente. Entretanto tal vez se te esté escapando la vida y solo hay una.
Mañana tengo un día incierto y difícil, pero la noche, esta noche que me regalan, nadie me la quita, hasta que vea desde la terraza de mi casa perderse la luna, allá lejos, en el cielo y sobre el mar, rendida ante la luz del nuevo Sol.
Estoy a solas con mi corazón y mis ideas, pero os siento cerca a quienes siento. Estáis.
©AMS Cádiz
Junio del 2011
Por la noche que tanto nos hace sentir a los que dormimos poco. Chin chin.
ResponderEliminarQue belleza de contenido, digo contenido continente.
ResponderEliminarTus palabras son muy atrayentes.
Saludos
Dormir poco equivale a soñar mucho, llevar a la luz del dia esa sensación de inmortalidad que me deja ver el amanecer, me gusta vivir soñando, no quiero vivir durmiendo,... Saludos Dorchy :)
ResponderEliminarGracias por este recordatorio de noches hermosas. Que vengan muchas mas.
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