QUIMERAS Y DESAFÍOS



Nada soy, nada he sido y no puedo pretender ser nada... aparte de eso guardo en mí todos los sueños del mundo!! (F.Pessoa)

Cantante, guitarrista, autor de canciones, psicoterapeuta, funcionario en excedencia ahora que me acuerdo, estudiante universitario a mi edad y escritor aficionado noctámbulo, noctívago y nocherniego...
Todo lo que la vida me ha ido enseñando se puede resumir en dos palabras: sigue adelante!!

Besos y abrazos
Dorchy Muñoz



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domingo, 29 de enero de 2012

“Colirios y Cebollas”


“Colirios y Cebollas”
AbsurdoRelatos

Hará de esto un par de semanas más o menos. Le digo a la farmacéutica que si tiene algo para los ojos cansados y la miro a ella que tiene unos ojos negros y brillantes de andaluza guapa como pa quedarse a vivir en ellos. Y me dice que sí, que tiene un buen colirio. Y yo le digo que si es muy caro y que si es inocuo. Y ella dice que sí, que no tiene contraindicaciones: espera que te miro el precio. Y yo pienso padentro: joder esto no me pasaría si no mirara tanto. Pero como de mirar no paro nunca. Regresa del almacén, me enseña el colirio y me dice que es como una lágrima artificial y le digo ¿como las de cocodrilo? y me dice no hombre, tú pruébalo y verás como notas los ojos más descansados. Y le digo ok, ya te contaré. Llego a casa, abro el frasquito, inclino la cabeza hacia detrás y ¡bingo! atino a la primera en la pupila. Y en el otro ojo igual, tengo buena puntería y sí, en efecto esto es otra cosa, ahora ya no los tengo rojos, ni me escuecen, ni me duelen, pero sigo sin entender lo de la lágrima artificial, aunque me gusta la expresión. Y así hasta este último martes en que para mi sorpresa me encontré con un remedio natural tan efectivo o más como el colirio. Andaba yo preparando unas lentejas y al cortar una cebolla de esas tiernas me puse a llorar como un chiquillo y al cabo de un rato aunque había dormido poco y trabajado mucho ante el ordenador noté un alivio y una claridad inusitada. Cogí las llaves y casi sin pensarlo salí de casa para ir a contarle mi descubrimiento a la farmacéutica e incluso sugerirle que por qué no empezaban a vender cebollas para estas patologías oculares leves. Pero al abrirse la puerta del ascensor y verme ante el espejo, me dije que mejor no decir nada, al fin y al cabo me he ganado una sana reputación de hombre serio y no me pareció muy apropiado hacerle llegar mi sugerencia. Desde entonces tengo siempre cebollitas de esas chicas y cada vez que me noto cansada la vista corto una con mucho mimo y me pongo a llorar un rato así a lo terapéutico.

He tomado también otra decisión importante que me está dando muy buenos resultados. Cuando salgo a la calle me quito las gafas. Y cuando veo los telediarios. Ahora lo veo todo como a través de una cortina de humo, como una neblina londinense y he ganado en bienestar y calidad de vida porque la fealdad del mundo, bueno del mundo que yo veo, se ha difuminado un poco y se ha hecho más leve. Me va bien así os lo aseguro y no es que os lo recomiende, no, pero a mí me ha funcionado y mira que soy miope. Lo que sucede es que ahora cuando voy a comprar el pan no le veo demasiado bien los ojos a la farmacéutica. 

©AMS Cádiz


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