( mi animal familia)
“Frío
en primavera”
Cae
la tarde y siento frío, un frío inesperado, tras los abrazos
calurosos de ellos y los besos amigos de ellas.
Tiempo
sin verlos, es sólo en los bares donde puedo encontrarlos
y
encontrarlas. En mi tierra, en mi pueblo, el domingo es día de
fiesta para todos, no para lucir los trapos nuevos, ni el/la amante
de ocasión: sino para entregarse a la vida, a nuestra vida, tan
fugaz como anónima. El paro arrasa, cierta desesperanza también.
Al
llegar a casa mis perritos guapos, mis queridos libros y vuestros
blogs, que rebusco a escondidas, con deliberada alevosía, como a
escondidas sueño, escribo y amo.
No
merezco tantos parabienes, lo sé, mi alma no es tan pura como dicen,
pero tampoco un “madriles” más como algunos creyeron al
principio.
Me
invitan a comer en los bares, me sirven cañitas de cerveza
que
no he pedido ni deseo. Me miran, me miran y me miran.
Y
me escuchan: “oye Amador cuando puedas tengo algunas cosas que
contarte, ya sabes, sólo entre nosotros”
S,V,C,F,Y,R,L,
y tantos otros y otras, como si esta hubiera sido siempre mi casa, mi
tierra y mi gente.
Me
he comprado por un euro un libro de Miguel Hernández y otro de
Alberti en el Rastrillo, Ariadna, mi perrita cachorra, es una
“comelibros literal” si la dejo en casa cuando salgo a la calle:
hoy se comió uno de Saramago y otro de Jose Luis Sampedro. Tampoco
le gusta el coche y se salta hasta la red para importunarme los
pedales: no deja de ser una adolescente bodeguera jerezana.
¡Quiero
veros antes del verano amigos y amigas!
Lanzarme
invitaciones facebook de conciertos y actuaciones poéticas: ¡Os
echo tanto de menos! ¡No aguanto más sin vuestro calor poético y
humano: A, R, L, M, J, L.S., V, I, B, A, E,F, etc...
Me
alojaré en el centro, dejaros invitar a comer o a cenar en la
Bardencita, el Gades o la Soberbia, aquí, aquí me gano la vida
buenamente: siempre tuve algo de pirata y jugar bien al ajedrez o al
póquer no viene mal pa’ llenar el frigorífico, y aquí el dinero
negro, de rubitos y rubitas jubilados corre bien para el que sepa
vestir un traje y dejarse ganar de vez en cuando. Nada tengo y nada
debo: mi casa estará siempre abierta para ustedes. Besos y abrazos
desde la Bahía de Cádiz, me voy a ver si llueve en la playa, pero
me llevo a los animales que habito y me habitan: tengo libros nuevos.
©
AMS Cádiz
Ya sabes que te esperamos siempre y te echamos de menos cada día mi. Intenta dar un saltito mi niño que este tiempo empieza a ser demasiado sin darte el abrazo prometido.
ResponderEliminarYa sabes, mi querido amigo, cuánto te queremos.