“Mi morena”
Me
despierto dulcemente
mediodormidoatientas,
y
le abro las ventanas de par en par al viento
para
disfrutar el nuevo día.
¡Como
un un niño!
Huele
a magdalenas tiernas por toda la casa
y
me pregunto quién las trajo: yo no las compré.
Me
entran ganas de mojarlas todas
en
el primer té de la mañana:
a
la niña, a la diosa, a la princesa del agua,
a
la mujer, a la amante, a la chamana del fuego,
la
que pisa en tierra firme y sus frecuencias
y
vuela por el aire como una ola rebelde y sola.
Llueve,
llueve y llueve
y
también truena,
viejas
lluvias y luces de nuevos rayos
quieren
anunciar que llegan.
Llueve
en el mundo y allá a lo lejos en el mar,
pero
hace calor en mi sagrada estancia,
dejando
que me lluevan las palabras en el alma
dajando
que me llueva mi morena en los sentires.
Quiero
que sea ella y nadie más
quién
llueva de energía y savia nueva
ésta
mi nueva casa, esta mi nueva tierra.
Ya
la espero con su risa y sus palabras
sus
miradas y sus melodías de sonrisas y silencios.
Su
saber estar a solas y conmigo.
Su
saber tenerme y no tenerme.
Su
saber que la tengo y no la tengo.
Así,
así, así…
Con
sus manos y mis manos,
tiernas,
energéticas y fuertes,
amarraditos
para siempre,
pero
siempre libres.
Besar
húmedamente su sueño
y
lamerle cálidamente el corazón ,
en
este nuevo despertar de viejos sueños
ebrios
del alcohol de deseos viejos,
tras
esta espera larga y sabia.
Ella
a solas con su corazón y sus entrañas,
sus
ansias de mujer y de hembra inquieta.
Yo
deteniendo el tiempo largos años,
negandome
al amor, a la vida y a la nada.
Vengo
de muy lejos, he viajado lento.
Yo
sabía que la encontraría
ella
sabía que yo por algún lugar andaba.
Ya
sabe donde estoy, ya sabe que me tiene
y
ya sabe que la espero.
Yo
sé donde me espera,
ya
no tengo dudas, ninguna duda ya.
Correré
a su encuentro.
¡Qué
lejos se han quedado
las
soledades y los miedos!
©AMS
Agosto del 2012
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