“
El
pequeño adiós”
Hoy
no pude detener el tiempo en tu mirada
ni
perderme en el espacio que dibujan tus abrazos.
Ni
enredar tu pelo.
Ni
coger tu mano.
Ni
besar tu risa.
Ni
hablarle a tu piel.
Hoy
acallaste los deseos
para
dar voz a los miedos.
Te
alejaste de mí y hasta de ti misma,
te
perdiste entre las risas conocidas,
en
el día a día en que te escondes
para
no pensar en nada.
Te
perdiste en ese conocido mar
de
cervezas y licores,
de
miradas que te sabes de memoria
y
palabras que te buscan y proponen.
Te
alejaste del deseo y la esperanza renovada,
del
futuro que querías y esperabas,
de
este abismo de ternura que te guardo
y
de este cielo de soles y de lunas en que habito.
Te
escondiste una vez más
en
la resignación velada,
en
los días previsibles
que
te ponen al abrigo de quien eres.
Vale
más dejar pasar las horas
hasta
caer rota, una vez más,
y
despertar mañana
nuevamente
con la máscara arañada.
El
futuro asusta cuando el presente ata,
el
pasado acude a socorrer tu nuevo vuelo,
vale
más pisar la tierra firme
que
intentar por fin ser feliz como anhelabas.
Es
mejor dejar que un sueño no deje de serlo,
que
se quede quietecito y que se calle,
que
se apague por sí mismo,
que
se muera ante la indiferencia y el silencio.
Es
costoso vivir por fin lo que deseas
abrir
por fin el alma y las entrañas
y
que el mundo sepa de ti por fin
y
por fin sepa de tus verdaderas ansias.
Hoy
dijiste adiós como la niña,
hoy
dijiste no como la reina,
hoy
dejaste que la hembra se alejara
y
le negaste a la diosa el amor y la locura.
© AMS Cádiz
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