Breve
artículo de opinión sobre algunos aspectos de la Crisis
relacionados con la celebración mañana 8 de Marzo del día
Internacional de la Mujer y un aporte poético de creación propia.
“Crisis
y 8 de Marzo”
Leía
con estupor, cuando menos, hace apenas unos días, un artículo de
opinión de un periódico
local, en el que un señor colaborador que decía ser de sobra
conocido por su compromiso social de izquierdas, afirmaba sin
despeinarse que en los actuales momentos de crisis, poner el acento
en la eterna lucha por la igualdad de los derechos civiles y
laborales de las mujeres y en aras de una igualdad de oportunidades y
reconocimiento entre hombres y mujeres, resultaría hoy por hoy un
tanto inoportuno: solo le faltó decir, que resultaría sectario,
quintacolumnista
y hasta contrarrevolucionario.
Pero
lo grave desde mi miope
mirada no son tanto la declaraciones de este señor particular sino
que reflejan en gran medida el pensamiento de no pocos hombres de
nuestra vida pública, política, empresarial, gubernamental,
judicial, etc. El propio Toni Cantó, diputado por UPD y coordinador
de su partido en cultura e igualdad, afirmaba hace unos días que el
70 por ciento de las denuncias por malos tratos de las mujeres en
nuestro país eran falsas, y sigue tranquilamente en su puesto, ha
anunciado que no piensa dimitir y los responsables de su partido, en
especial de su secretaria general, dan la callada por respuesta,
cuando la propia Fiscalía General del Estado afirmaba que las
denuncias falsas de esta naturaleza no alcanzaban ni el 0,01 por
ciento. Pero al parecer en este país no dimite nadie y todo se
perdona si entonas un oportuno mea
culpa
en forma de excusas, sentidas o no, como decía en mi artículo de la
semana pasada, publicado en este periódico digital. Ciertamente debo
decirles que me abochornan y sonrojan tanto las actitudes y
declaraciones de un buen número de nuestros conciudadanos que me
estoy replanteando seriamente volver a la publicación de poemas y
relatos exclusivamente.
Ignorar
la importancia de un día como el 8 de marzo y lo que representa, no
sólo es un acto de mala fe en muchos casos, inmoral y poco ético,
al tiempo que antidemocrático, sino un sangrante acto de
desconocimiento histórico y más si viene de la mano de un
representante político o un gobernante. Convendría recordarles a
quienes gustan de utilizar estas artes, que fue la lucha por derechos
laborales para todos, hombres y mujeres, los que acabaron con la vida
de cientos de mujeres en aquél trágico 8 de marzo de Boston. Que
la lucha por la igualdad ejercida ya desde antiguo y abanderada como
no podía ser de otra forma principalmente por mujeres nunca ha
excluido
a los hombres de sus reivindicaciones, sino que se ha dedicado a
poner de manifiesto que no puede haber libertad ni democracia, ni
podemos presumir de ninguna forma de Estado de Derecho si una parte
–más de la mitad- de la población tiene negados, reducidos o
incumplidos gran parte de sus derechos como ciudadanos/as pese a
estar explícitamente recogidos en toda Carta Magna y sus desarrollos
legislativos en todos y cada uno de los estados que se autodenominan
democráticos, más del 90 por ciento de los países de los cinco
continentes. La realidad, por el contrario, viene a desdecirnos
cotidianamente ese hecho: si la crisis azota sin clemencia a la clase
trabajadora, lo hace muy especialmente con las mujeres trabajadoras,
si la corriente antidemocrática recorta derechos a los ciudadanos lo
hace muy especialmente a nuestras conciudadanas, las mujeres siguen
siendo la columna vertebral de la casi todos los hogares en cualquier
lugar del mundo lo que no solo no se reconoce sino que se boicotea a
diario con innumerables decisiones de orden ejecutivo y legislativo
de claro sesgo machista.
En
el otro plato de la balanza, nos exhiben, sí, demagógicamente cómo
un gran número de mujeres detentan ya cargos de gran responsabilidad
en gobiernos, empresas, partidos políticos, cargos públicos, etc.
pero sin que sea mi intención negar este hecho cierto, si querría
subrayar que en la mayoría de los casos no ha sido tanto por el
ascenso y reconocimiento de “lo femenino” en el quehacer de tales
puestos, sino más bien por esa “perversa” forma de “emulación”
de los roles y arquetipos propiamente masculinos, por parte de un
gran número de esas mujeres, alejadas en muchos casos tanto o más
que los propios hombres de la realidad de las mujeres en nuestro
mundo. Si la pobreza azota a gran parte del mundo, lo hace doblemente
con las niñas y mujeres, abocadas a la prostitución y el
proxenetismo en tantos y tantos lugares del mundo, incluido como no
podía ser de otra forma nuestro país, donde más de la mitad de las
inmigrantes ilegales lo son de la mano de mafias de proxenetas que
las tienen literalmente secuestradas en el escaparate casi público
del “mercado del sexo”. Las empresas tienen más ligera la mano
en las regulaciones de empleo cuando sus trabajadores destinatarios
son mujeres, al fin y al cabo ellas siempre tienen trabajo en casa,
cumpliendo una labor social impagable y que está científicamente
hasta en el alma máter de la Evolución de la especie humana. Los
sueldos de las mujeres de la sanidad, la educación, la empresa
pública, la empresa privada, etc. son sensiblemente menores que las
de sus compañeros hombres, a igual o mayor responsabilidad,
cualificación y desempeño de sus tareas, todo ello con el aparente
beneplácito no sólo como decía de la clase política y
gubernamental, sino tristemente incluso con los que dicen ejercer la
Oposición Democrática y hasta muchos de nuestros conciudadanos
hombres de a pie. ¿Nuevamente “la Crisis” puede servir para
acallar las voces de las mujeres y los hombres que hemos decidido
caminar a su lado? El trasfondo ideológico nuevamente está servido,
lo económico, financiero y político de nuestro sistema global no
puede un año más servir de excusa para el mantenimiento de este
endémico estado de desigualdad por razón de sexo, de lotería
genética en suma, filogenéticamente no determinada, científicamente
contra
natura,
pero auspiciada por una más que interesada ontogenia educativa
global y machista.
No
me extiendo más, prefiero escucharlas a ellas, madres de familia,
empresarias, paradas, trabajadoras, artistas, escritoras, esposas,
amantes, amigas, etc.
¡La
igualdad de género me hace libre a mí también, son nuestras
diferencias precisamente lo que nos une! ¡¡Feliz 8 de marzo!!
©
AMS Cádiz
“ Yo
nunca he visto a las mujeres como adversarias o territorios que
conquistar,
sino siempre como
aliadas y amigas”
Sthepen Vizinczey
"La
mujer insomne"
La
mujer insomne recorre las horas y la noche a vuelapluma, entre
brumas, las del alma, personajes, tramas, escenarios y alguna que
otra duda; con el corazón henchido de tanto palpitar, entre el
sístole de la última idea, del último párrafo y el diástole del
último adiós, a duras penas.
La
mujer insomne se niega a dormir, pero no a soñar, vive enganchada a
la vigilia y a la vida, quiere abrazar el alba y que el amanecer la
abrace para vivir con orgullo y dignidad el nuevo día, con alegría,
quiere vientos que la lleven en volandas, y tormentas de fuego que la
mojen los sentires, pero mira al mar desde la ventana, porque no
quiere esperar a nadie ni que nadie la espere desde el otro lado de
esa otra noche, de ese otro mar.
La
mujer insomne se entrega con pasión al silencio de la música y la
armonía de las palabras, tiene dedos de pianista e interpreta
melodías literarias que parecen habitarle las entrañas, tiene que
parirlas, romper aguas cuanto antes, mejor hoy que mañana, mejor
ahora que luego, en este minuto y no en el otro, porque el tiempo y
las historias se le escapan.
La
mujer insomne se recoge el pelo y los deseos, no quiere pensar en
nada, sólo ser la mensajera de esa extraña nostalgia, de esa loca
saudade que la asiste y que la asalta, que sacude sus sentidos y sus
manos, ávidas de acariciar la nueva danza, sublimando letra a letra,
suspiro a suspiro, paso a paso, al compás sincopado del tic tac de
los relojes y algún miedo y alguna sinestésica esperanza.
En
la confianza cierta de saberse libre, hermosa, niña, diosa, hembra,
madre, esposa, amiga, amante, dueña de su vida y de sus días…
soberana!!
¡Señora!
©
AMS Cádiz
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